GRACIAS POR VENIR, GRACIAS POR TANTO ESFUERZO. Raly y su Peña en el Patio. Por: David Rodríguez.

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Con esas palabras, el artista santiagueño logró enmarcar una tarde en donde muchos de nosotros fuimos a buscar un poco de hermandad, un bravo aire de esperanza. “Con el Raly nos conectamos con lo nuestro”, me decía una mujer que no podía contener el llanto de su hijo pequeño. Hubiera querido preguntarle qué era “lo nuestro” para ella, pero el llanto se intensificaba y ocupaba mayor atención que una pregunta tal vez inoportuna.

Cada vez que voy a un recital tengo la mala o la buena costumbre de buscar de qué forma pueden mezclarse las propuestas del artista con los actores y actrices que escenifican la fantochada que nos acostumbramos a llamar realidad.

EL BARRIO DE ONCE CAMBIA EL PAISAJE EL FIN DE SEMANA. El subte H me llevó hasta la estación Once/ Plaza Miserere. Cada vez que camino por las inmediaciones de la estación no puedo evitar leer los nombres de los jóvenes que murieron en Cromañon. Pienso en las veces que fuimos con amigos a decenas de lugares similares donde la puerta principal era un poco más ancha que la del baño de mi casa. Todos los pibes y pibas que tuvieron que morir para que la estructura temblara un poco, solo un poco.

Caminé por Sarmiento, vi que muchas personas estaban reunidas en la vereda de las casas bebiendo un líquido oscuro y escuchando algo que no distinguí, pero sí supe que no me gustaba. El panorama del barrio de Once muta con respecto a los días hábiles, a los días hábiles alguien los denominó arbitrariamente, “laborables”, a los no hábiles, “no laborables”. Es tarea suya determinar si los días, encajan en esa ecuación o no.

Decía que Once se caracteriza por sus múltiples negocios, galerías interminables, vendedores ambulantes, consumidores, trenes, subtes, colectivos, pibes y pibas pidiendo algo para comer. En cambio, cuando todo eso descansa, los vecinos disfrutan un poco de la soledad del barrio. Excepto cuando abre “el Konex”.

TODOS LOS AUTOS QUE PARAN SON VECINOS. Marcos vive en una casa tomada sobre la calle Sarmiento, salió para cuidar los autos y de paso ver si recibe alguna recompensa por ese trabajo.

A veces eso me salva el día– me decía mientras yo le armaba un cigarrillo- pero la gorra está áspera ahora, me cagan a palazos cuando me ven caminando por acá.

-Y vos que haces cuando los ves venir.

Los espero y les pregunto qué harían ellos si no tuvieran trabajo como yo.

-Y qué te responden.

Que ellos cumplen órdenes.

Cuando me aleje de Marcos no pude evitar pensar en la obediencia debida, en el punto final, en los indultos, en la continuidad de la misma lógica represiva: te encano, te disparo, te hiero, te mato, cumplo órdenes.

EL CENTRO CULTURAL KONEX está ubicado en Sarmiento 3131, esquina Jean Jaures. Lo revisten unas docenas de chapas pintadas de diferentes colores. Las iluminan grandes cajas negras de luces dicroicas que cuando oscurece le dan un toque hollywoodense. Allí se ofrecen espectáculos de lo más diverso, pueden encontrarse en su agenda actividades para niños y niñas hasta adultos blancos, negros, orientales, peronistas, radicales, híbridos, apolíticos.

Después de patear por Sarmiento, hablar con Marcos, tomarme un helado en Burger King, nos encontramos con un amigo a hora acordada. Era temprano para entrar, más todavía enterados de que por intermedio de “nuestra credencial” no hacía falta hacer cola; son las ventajas de un conato de escritor. Me gusta pasar por las filas y sentir las miradas hostigadoras, preparadas para detectar cualquier acto de oportunismo, pero más me gusta mirarlos cuando las sospechas de adelantamiento se evaporan. Tomamos una cerveza, yo fume, y entramos.

BIENVENIDOS CHICOS, QUE GUSTO VERTE POR ACÁ JAVI. Una mujer, de una geometría relevante, ojos tan claros como el agua del Lago Lacar, nos recibió alegremente con las entradas en sus manos. Paseamos un rato por allí dentro, buscamos un lugar cómodo para ver el recital, mientras tanto el patio comenzaba a llenarse. Nos quedamos cerca del escenario, justo a la derecha, cerca de la salida. Eso nos permitió ver cómo los asistentes se acomodaban para disfrutar el show. Detrás de nosotros, un lienzo apoyado sobre la escalera esperaba ser pintado, pensamos que podía haber sido colocado para que el público escribiera allí, pero no, el lienzo, esperaba de una buena mano para ser acariciado y embellecido.

No sé por qué, pero mientras espero el comienzo de algún evento tengo la costumbre de mirar a todos aquellos que van ingresando a la sala, al estadio, al centro cultural. De tanto mirar (quién te dice, buscándola) veo que ingresa una mujer vestida de verde, poseedora de una sonrisa tan expresiva, tan sutil, tan armónica, que hasta sus ojos son víctimas del encandilamiento pasajero. En esos momentos entiendo que debería ser menos solemne, de que hay buenos momentos para la solemnidad, de que hay momentos que no es necesaria, todo lo contrario, perjudica, no suma.

A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS QUE LUCHAN POR SUS DERECHOS. Así, el cantante de Yacaré Manso cerraba el repertorio de la banda que antecedió la salida de Raly Barrionuevo y su banda. Ya oscuro, seguía pensando en la mezcla que puede haber entre las canciones del compositor santiagueño y la cotidianidad. Mientras eso pasaba, mi amigo me dejaba la mochila entre las piernas y se iba a sacar fotos para esta crónica. El viento anunciaba lluvia, el olor también, sin embargo, permitía que las mateadas se renovaran; es de valientes tomar mate con 40° de calor. Entre mate, cerveza y tabaco, Raly destrozaba las cuerdas con chacareras estimulantes, y zambas tristes, el artista plástico, dibujaba sobre el lienzo, el público cantaba y bailaba y yo, aplaudía discretamente.

El estilo de Raly es llamativo, poco común. Cada vez que podía, que lo creía necesario, abrazaba a alguno de sus compañeros, los abrazaba fuerte, sin escenificaciones, con espontaneidad, olvidando que el tiempo pasa. Comprendí que allí estaba lo que fui a buscar, fui a buscar primero: material para la crónica y después, algunas conexiones necesarias para mitigar mi obstinación causal. Entre Raly y el público hay una conexión que afuera, en la realidad, no puede ser posible, porque afuera, en la realidad, la cooperación, la templanza, la comunión, la hermandad, el interés por la tierra y, la negación al consumo están vedados. El artista agradece porque sabe, intuye, que su público se esfuerza mucho por estar allí, que cuesta tiempo, no solo pagar el valor de la entrada, cuesta escindirse de la infame realidad que se nos impone.

SOLAMENTE LO MEJOR QUE HICIERON Y SOLAMENTE LO PEOR QUE LOS INDIOS HICIERON EL HOMBRE BLANCO CONTÓ. Sonaba “Chacarera del Exilio”, pensaba en los versos de Gelman que leí durante el viaje al Konex. Pensé también en lo que fui a buscar, pensé en la alegría, en que hay que zamarrearla en estos tiempos porque tiene motivos para dejar de ser. Pensé en Santiago Maldonado, en Rafael Nahuel, en la extradición del Lonco Facundo Jones Huala, en los cientos de cadáveres que aún no han sido identificados, en los derechos pisoteados.

Cómo no vamos a bailar, cómo no vamos a ir con nuestros hijos, cómo una pareja de abuelos no van a tolerar las molestias que causan en los huesos cansados el estar de pie dos horas para escuchar la música del Raly. Cómo obviar que el cantautor decide publicar gratuitamente su obra completa para aquellos que no tienen acceso al disco. Un tipo así, un artista como Raly va a contramano de las leyes dominantes; eso fui a buscar, fui por una mezcla, pero me encontré con una separación.

6 COMENTARIOS

  1. Estuve en el show del domingo, y leer esto me emociona. Gracias por lo escrito y tremendas las imagenes. Gracias por hacerme emocionar nuevamente.

  2. Participe junto con mi hermano ( que fue quien me hizo conocer a Rally) el día sábado. El show fue increíble. Rally genera algo en sus concientos que es imposible describir con palabras. Se necesita más gente que piense como él

  3. Gran crónica, sentí que era yo el que caminaba x Once y hermosas las fotos. Raly es un «crack», como dice mí pibe de 16 años.

  4. Un groso. un ser impecable
    Desde Tucuman toda nuestra fuerza para que atravez de su trabajos toque cada corazón de la gente en estos tiempos fluidos. Gracias Rally

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