“La tragedia de los comunes” se encuentra en cada paso que damos y este itinerario, donde lo ominoso convive con la belleza, deviene un conjunto de canciones como una excusa artística y estética..
La tragedia de cada quien puede tener distintos tenores. Lo común para la sociedad se encuentra en la forma de habitarlas. La extrañeza y el beneficio propio devienen en lo que aparentemente no puede remediarse.
Las canciones buscan trazar la discordancia, los disímiles puntos de vista aplicados a temáticas-tragedias diarias. La inquietud de Ariel fusionada con la mirada de Dante, reflejan a través de un recorrido musical y una narrativa audiovisual las diversas derivas que arroja el concepto homónimo escrito por el ecólogo Garret Hardin.
LAS CANCIONES, EL DISCO.
Notas de Ariel
En el transcurso del 2021 me encontré con un enunciado que me llamó la atención: “La tragedia de los comunes”. Entré. Se desarrollaba el concepto de Garret Hardin, un ecólogo inglés que en la década de los sesenta hablaba sobre el poder que tiene un individuo de generar un beneficio propio por sobre el resto. Algo que me resonó tanto en esos días como ahora.
Me propuse escribir sobre eso, casi como un ejercicio. A modo ilustrativo y para entender en lo macro la tragedia, recuerdo que busqué imágenes del planeta y vi que en verdad nos rodea un montón de basura espacial. Orbitan constantemente sobre nosotros nuestros propios desechos.
Empecé a entender que la tragedia iba más lejos de lo que proponía el concepto: era una forma humana de relacionarse con su cotidianeidad, incluso con sus antepasados y su futuro. La dirección del disco se volvió evidente para mí. Luego, en cada canción intenté ponerme de un lado y del otro del mostrador. Tratar de entendernos en la defensa y en la condena de la idiosincrasia que nos comprende como sociedad. No me interesaba bajar cierta línea poética ni política. Simplemente quería que las canciones ilustrasen distintas formas de habitar lo mismo. Hubieron sentires que me dieron lugar a establecer conexión directa con dicha tragedia. Entre ellos están el aburrimiento, la identidad, el dinero, el éxito, el amor, la trascendencia y la pérdida. En mi casa sonaba Liliana Felipe, lieds de Schubert, Jorge Galemire, Botis, Fernando Cabrera y El David Aguilar. Creo que todo esa órbita sonora me hizo querer volver a la guitarra y la voz como únicos elementos para componer y grabar, casi como una declaración de principios. Algo que dialogaba con discos anteriores.
La Grabación del disco
La grabación se dio casi sin esperarlo. Nikel, un gran hermano de la vida, se iba de viaje por trabajo y dejaba su estudio vacío por unas semanas. Me lo dejó a su cuidado y yo mudé mi poca sabiduría tecnológica a su morada. Ahí había una guitarra criolla un tanto descuidada. Planté el micrófono y empecé a probar estas canciones. Al principio, creí que me iba a servir de pre-producción del disco, pero reflexionando sobre cómo debería sonar y la atmósfera que quería imprimir en “la tragedia”, me pareció atinado dejarlo como estaba.
Era la primera vez que me grababa a mí mismo y lo entendí como un enfrentamiento con “la tragedia” de los estándares comerciales del audio. Luego ya en manos de Cherno, grabé las voces y El Feral se sumó con su impronta en las guitarras eléctricas.
Del disco a la película
Mientras terminaba de grabar el disco, le compartí una canción a Dante para hacer un videoclip y me redobló la apuesta con un gran desafío: hacer un disco película de todas las canciones. Fue la primera vez que abrí el juego para poder colaborar y engendrar con otro artista. La sensibilidad y su visión lo hicieron muy fácil para mí.
Tras un año de reuniones, tareas y universos compartidos, terminamos abonando el personaje de Virgilio.
Cada uno de nuestros encuentros me movilizaba y le daba más sentido a nuestra tragedia en común. Virgilio encarnó el presente en un entorno revisitado tácitamente por su pasado. Acciones repetitivas y autómatas en un mundo que no espera. Un dejo agridulce y fantástico cuando lo cotidiano se enrarece. La perspectiva testigo y un cuadro de la bomba atómica como guiño del mal convertido en arte decorativo.
La película
Notas de Dante
Ariel me compartió nueve canciones fundadas sobre el dilema propuesto por el ecólogo Garret Hardin en 1968: «La tragedia de los comunes”. Inmediatamente entre escuchas del disco, atendiendo principalmente la literatura, sumado a un proceso de investigación sobre lo que representa el concepto escrito por Hardin, comenzó el proceso de conspirar con cada una de estas canciones. Esa fue la génesis de esta historia, una persona que habita un tiempo-espacio roto, como nuestra historia que se rompe y se repite una y otra vez, nos sobre explotamos y nos quedamos a merced de un juego perverso de dependencias.
El ojo como trampa histórica y cultural.
El ojo presiona
El ojo culpa
El ojo amenaza
El ojo manipula
El ojo distrae
El ojo carga en lo que mira la sombra interior que acumula en toda su historia
Virgilio, en un instante de quietud, queda suspendido en la zona donde todas las miradas de su linaje son eco de las miradas de la humanidad. Virgilio se convierte en el revés de la trama. Todas esas cosas muertas que todos llevamos dentro. En medio de un cotidiano absolutamente ajeno a la naturaleza, la sobre-explotación de recursos comienza a despertar algo en su inconsciente.
¿Es un limbo? ¿Es un infierno? ¿Quién manipula a quién? ¿Es un fantasma? ¿Es su reflejo?
Así estuvo sentado largo tiempo, rígido. Como si él fuera el condenado eternamente. El pasado está ahí, grita en cada susurro en “un futuro enjaulado, de sentimientos aprisionados”
Las miradas acechan a Virgilio, todo el tiempo estamos siendo observados. ¿Es posible incluso en la soledad más pronunciada no ser observado? ¿Desde dónde proviene la mirada? ¿Es uno quien mira tensamente el último vaso de agua disponible o es el vaso que dolosamente mira a Virgilio? ¿Un ropero repleto de ropa es quien demanda la mirada de quien carga con la tarea de atender cada prenda? ¿La tierra sentencia e invade los espacios?
Abandonar la sumisión y fijar la mirada en quien nos está mirando es tal vez “como un cuento siniestro que hacia el final abrupto” provoque una avalancha y revolucione la gran caída de todas las miradas.
Ariel Stavitzky, cantante y compositor argentino. Nacido en Buenos Aires, en el año 1991.
Desde la edición de su primer disco, “Caer en la pregunta” en el año 2015, ha dado conciertos en ciudades de Argentina y Europa.
Con su aire despojado, minimalista y su tesitura de contratenor, produjo de manera independiente cuatro discos de estudio y un EP.
Participó del ciclo “Bandas x Barrios», llevando sus canciones a espacios públicos de Buenos Aires como Parque Lezama y Plaza San Martín.
En el 2018 presentó su EP “Ignífugo” en el Ciclo Radar del Centro Cultural Recoleta. Fue seleccionado para participar de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2019.
Participa del Festival de Cantautores “Abril Para Vivir” en Granada, España 2020-2023 y fue convocado por Estudio Urbano para participar del festival Sonido Emergente 2020 coproducido junto al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Actualmente radicado en Madrid, presenta su nuevo disco-película “La tragedia de los comunes”. Realizado y producido junto a Dante Martinez.
Las creaciones de Dante se proponen trabajar con lo singular, lo cotidiano, lo descartado por simple, una observación… Cómo se dice, lo que se dice. Apostar a que los materiales armen trama, que despierten tensión y atención. La imagen no es sólo visual.
Nacido en 1978 ( Santa Rosa – La Pampa) a sus 18 años (1997) se radica en Buenos Aires para estudiar Dirección y Producción (en la U.M.). En el año 2000 comienza su recorrido en la Industria Cinematográfica primeramente trabajando en películas de live-action y luego especializándose en procesos de post-producción y efectos visuales.
En 2012 dirige su primer video musical del artista Gabo Ferro, sería la primera costura de una sociedad artística que lleva numerosos videos, fotografías, visuales en artes escénicas y registros documentales en la grabación de cada disco de Gabo.
En 2015 conforma sociedad con el artista Martín Garro en la productora “Sandía.tv” produciendo y dirigiendo piezas para series de TV, Motion Graphics y VR ( Realidad Virtual).
En 2016 incursiona en la dirección de visuales para dos obras performáticas de Gabo Ferro, realizando las proyecciones en vivo.
En 2017 fue Jurado del Festival Nacional de Cine de Chascomús, al año siguiente se integró al equipo de trabajo como programador y productor artístico del festival.
Explorador de la diversidad del lenguaje audiovisual, Dante invita con su forma de trabajar a sumergirse en un proceso sinérgico a directorxs de teatro, performers, artistas visuales, actores, actrices, musicxs como Gabo Ferro, Nadia Larcher, Luciana Jury, Solentina, Maca Mona Mu, Catalina Lescano, Diego Stickar, Andrés Pilar, Jessica Pinkus, Benito Cerati, Ariel Stavitzky.