«La Pausa de los Ojos» del compositor y cantante uruguayo Pablo Sciuto

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«La pausa de los ojos» es el treceavo álbum del compositor y cantante uruguayo Pablo Sciuto, grabado y producido en su propio estudio en la ciudad de Madrid, donde reside desde hace 20 años, con colaboraciones y músicos internacionales, de Argentina, Chile, Cuba, España, Gambia, Venezuela y Uruguay.

Entre sus colaboraciones destacan la participación del histórico bajista argentino Machi Rufino, uno de los músicos fundadores del rock nacional argentino, donde formo parte del grupo Invisible junto a Luis Alberto Spinetta y Héctor «Pomo» Lorenzo, además de participar junto a Pappo’s Blues, Sandra Mihanovich y Rubén Goldín. También la presencia del maestro de la guitarra española Nono García que ha compartido música y escenarios con Jorge Pardo, Chano Domínguez, Javier Colina, Carlos Cano, Martirio, entre otros y ademas formó parte del premiado grupo belga Vaya Con Dios. También destaca la presencia del uruguayo Fabián Miodownink, respetado baterista uruguayo que forma parte del Cuarteto Oriental, con Leonardo Amuedo, Daniel Maza y Hugo Fattoruso, también ha tocado y grabado con Maria Creuza, Keith Richards (Playing for change), Rubén Rada, entre otros.

En palabras del artista, «La pausa de los ojos, es un trabajo de contemplación e introspección entre el folk jazz y las músicas del mundo, hay un juego de espejos y matices en cada textura que aportan los diferentes músicos, cada uno trae desde sus origenes su propia raíz sonora, de Gambia una kora, de Cuba la trompeta, de Chile violines, de Uruguay los ritmos percutivos, por poner ejemplos de esa mezcla particular. Se integran a esa sonoridad, la poesía que bebe de muchos afluentes, desde las grietas interiores, la tristeza y la rabia de la falta de empatía en un mundo sobresaturado de información, y otras visiones actuales, en canciones como «Mar de Aral» y «La brevedad glacial» un enfoque ambientalista, sobre el enorme drama del calentamiento global en sucesos pasados y recientes. Todo esto y mucho más definen a esta bitácora de canciones que son ideales para escucharlas en cualquier pausa, con una taza de café o una copa de vino en la mano, pero siempre con la paz individual como aliada».

Producido y arreglado por Pablo Sciuto Grabado en estudio Casa Sonora de Madrid entre Mayo de 2017 y Febrero de 2019 por Pablo Sciuto y César Yébole.

Baterías grabadas en el estudio personal de Fabián Miodownink en Buenos Aires, Argentina.

Mezclado en analógico por Ricardo Escassi y Pablo Sciuto en Rocksoul, Madrid, España en Abril de 2019.

Masterizado en estudio Casa Sonora por Pablo Sciuto en Abril de 2019.

Ilustración de portada: Mercedes Cubas Rodero Diseño y maquetación: Estudio Ojo Binario Sello y distribución: Hipnótica Records Este álbum está dedicado especialmente a la memoria de estos queridos amigos que se fusionaron con el universo, a Carlos Andino se te extraña mucho hermano, Baires ya no es lo mismo sin tu poesía y música urbana, también a Silvio Zudiker por su apoyo y cariño porteño, sigues en el éter compañero y por último a Jorge Galemire, que sigue resonando en mi interior con su música y un sabio consejo que me dio en Madrid que guardo en mi alma para siempre.

Agradecimientos: A mi hijo Diego Sciuto por su paciencia vital de hijo, a mi querido Fabián Miodownink, «sapo» para los amigos, genio de la batería rioplatense y pieza clave en las texturas rítmicas de este álbum, a mi gran amigo madrileño Ricardo Escassi, por la enorme dedicación en las mezclas y sus sabios consejos en el arte del sonido, al enorme Nono García por abrirme su corazón y su Barbate, su guitarra maestra es inspiración total, a Machi Rufino unos de mi referentes desde niño, bajista de la exquisita banda Invisible junto al infinito Luis Alberto Spinetta, una de mis principales influencias, a José Alberto Varona en trompeta desde Cuba, maestro total del jazz latino, a Alex Crende, Carlos García y Carlos Maeso por transmitir su corazón de bajo a mis canciones, a Julián Chamut por su alma de tango y embellecer mis canciones con su bandoneón de nostalgia porteña, a Beth Suzacq por su entrega vocal uruguaya, a Pedro Supatto por su percusión afrouruguaya, a Ernesto Espinoza desde Toronoto, Canadá, siempre pintando con su brocha de violines, a Sebastián Crudeli, gracias por acompañarme siempre en mis pasos amigo, desde Gambia con su kora inseparable, Abba Suso. Mención especial también a César Yébole por colaborar en la grabación y compartir mi refugio creativo, Casa Sono

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