Pensando melodías. El Limacoco – por: Natalia Rey Callone

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Mi amor por vos,
un segundo de mi amor por vos /
electrocutando la vida, le daría energía /
a toda la ciudad

– “Electric passion bomb”

     Martín Pelitti (voz, guitarra, teclado y coros), Nico Clein (guitarra), Eduardo Pelitti (bajo, contrabajo y coros) y Ramiro Álvarez (batería y programaciones) son los cuatro componentes de una banda que propone un arte colorido, variopinto y cargado de matices cuyo eje estructurador se basa en la ingeniosa y refrescante compaginación de estilos e intensidades. “Encarar una idea propia y llevarla hasta las últimas consecuencias” acaso esta frase resuma la esencia de El Limacoco; pues luego de 10 años de trayectoria y con 3 discos de estudio encima este grupo reconfirma su pasión y sus indisolubles ganas de seguir creciendo.  

  • ¿A qué refiere el tanto el nombre de la banda, como el de su último registro discográfico?

Eduardo: El nombre de la banda es una referencia a muchas cosas a la vez; viene de una de las primeras canciones que hicimos como banda, de una porción de la letra que habla de un costado de la personalidad del narrador, del “yo” de la canción. Es autorreferencial en parte, pero luego su identidad mutó. Nació como una mención a un estado, quizás alterado, de una conciencia, pero después de tantos años cobró vida propia; ya es tantas cosas diferentes para todos nosotros que es imposible rastrearlo a un único hecho. En cuanto al nombre del disco, esto sí está más fresco y lo podemos ubicar en un recuerdo claro. Una de las canciones y cortes del disco, “Golpestado (Era Estupendo Quemar)”, está inspirada en la obra de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, que es un libro de ciencia ficción en el que se plantea una sociedad futura distópica en la que la lectura y los libros han sido prohibidos y los bomberos, en lugar de apagar incendios, se dedican a incinerar libros. En este contexto de opresión estatal y de sometimiento de libertades tan básicas para el hombre como la posibilidad de leer un libro, de adquirir cultura o de simplemente entretenerse con una lectura, es que se plantea la posibilidad de un golpe de estado, o en el neologismo que nos surgió a nosotros, Golpestado. Algunos quizás lo quieran ver como una cuestión política actual, una toma de posición sobre el gobierno o lo que sea. Nosotros somos todos muy políticos, sabemos lo que nos gusta y lo que no, pero El Limacoco no es una banda que se exprese en esos términos tan directos. Nunca le vamos a hacer un tema a Macri o a quien sea. No hacemos rock-protesta, pero eso no quiere decir que no nos interese el tema porque en definitiva es la realidad que nos rodea todos los días.

  • Se nota que su sonido tiene aires eclécticos, ¿quiénes dirían que son sus influencias más profundas?

Martín: Somos cuatro y cada uno tiene su propias influencias,  pero todos compartimos el gusto por el rock argentino, el rock inglés y el estadounidense. Crecimos en los 90 y los 00, así que somos parte de una generación en la que sonaron mucho Los Redondos, Nirvana, Red Hot Chili Peppers, Radiohead, Sumo, Las Pelotas, Cerati, Guns n Roses, Pearl Jam, Ramones, Iggy Pop. Y después tenemos muchas más influencias muy variadas, el rock brasilero, con bandas como Os Mutantes, Los Hermanos y Nacao Zumbi; la cumbia peruana, Damas Gratis; Jamiroquai,  Bob Marley, Manu Chao, la música electrónica y las orquestas de Funk. Escuchamos mucha música y muy variada, y eso hace que lo que toquemos no se sienta como estrictamente rock. Música electrónica, folk. Después cada uno aporta las cosas que va escuchando y que le gustan. Es algo que se va retroalimentando constantemente, todos escuchamos mucha música y constantemente hay bandas nuevas increíbles, son sonidos diferentes que nos gustan y que nos llevan a probar cosas nuevas.

  • ¿Cómo se da la dinámica compositiva entre ustedes?

Martín: Las canciones generalmente llegan ya hechas a la sala de ensayo. Las llevo yo en su formato más básico de guitarra y voz, y ahí mismo se van para un lado o para el otro, o sea, el estilo o el género aparecen casi sin pensarlo, se da con intuición todo ese proceso. Y los arreglos se arman ahí también, cuando aparecen todos los instrumentos. La música casi siempre es mía y las letras las hacemos Damián y yo. Damián no toca en la banda pero colabora con la lírica desde el minuto cero. También nos gusta usar poesías de otras personas y hacerlas canciones, así van apareciendo otros letristas, otros colores y otras palabras, que al total le suman mucho. En general es así, pero también algunas composiciones han salido de improvisaciones, u otras llegan más maqueteadas a la sala. En este nuevo disco fue bastante diverso el tema de compositores y autores: hay varios temas míos, varios hechos con Damián, uno hecho con Javier Lopez del Carril, nuestro productor, uno del bajista Edu, y dos temas con letristas invitados. The least fortunate https://proessaywriting.org/ were the black slaves, who had little or no hope of freedom again.

  • En el tema “Vivo pensando” el yo-lírico exclama: “Le muestro la sangre al corazón, / para que despierte”. ¿Qué pueden contarnos sobre esta interesante y bella composición?

Martín: La frase está dedicada a una perra que tuvimos mucho tiempo con Edu y nuestros viejos, y refleja un poco esos últimos momentos con ella. La canción fue escrita al día siguiente de su muerte y esa fue la primera frase que apareció, salió sola, fueron esas primeras palabras que aparecen a veces cuando uno empieza a tocar unos acordes y está pensando en algo; es medio mágico. “Le muestro la sangre al corazón, para que despierte” intenta reflejar la angustia y la tristeza de ese día posterior, sin esa mascota que había estado 15 años a mi lado y me había visto en los más diversos estados. Refiere al corazón propio la frase, que estuvo detenido pero que debe despertar.

  • ¿Algún comentario sobre el llamativo arte de tapa de su último trabajo?

Eduardo: La tapa de un disco es un hecho artístico en sí mismo y supone abrirle la puerta, el juego, a otro artista y permitir que aporte su mirada. Para nosotros la tapa era una de las cosas más importantes del arte porque hoy en día es lo que la mayor cantidad de gente va a ver de todo el arte, es lo que aparece en Spotify, es la identidad visual de la banda que va a llegar a más personas. Por eso decidimos trabajar con Luciano García, quien ya había hecho el arte de nuestro primer disco y colaboró además en muchos carteles y volantes que hemos hecho para fechas a lo largo de estos casi 10 años. Es una persona que interpreta bien el sentir de la banda, que se sumerge en su trabajo escuchando el disco, leyendo las letras, y en base a eso propone su interpretación: una mujer con el pelo de fuego, de ojos vendados y llevando una bomba molotov; algo íntimamente ligado al concepto de “Golpestado”, de lucha contra el poder. Sumado al trabajo de Luciano colaboraron Emilia Pardo y Nacho Carnero desde la dirección de arte para todo el disco, lo que resultó en un trabajo grupal muy bueno, todas las partes se integraron muy bien y el resultado nos dejó muy felices. De hecho, ya fue destacado por un medio de Colombia como una de las tapas más interesantes del 2016, lo que para nosotros es un gran orgullo.

  • ¿Cómo evaluarían su crecimiento artístico desde El Limacoco hasta Golpestado?

Eduardo: Estos años fueron un permanente ascenso en muchos sentidos, desde el musical hasta el personal, el equipamiento, la mentalidad. Todo fue cambiando, creciendo, a la par nuestra. Cuando arrancamos la banda ninguno tenía más de 25 años; éramos unos pibes con mucho tiempo libre y ganas de tocar. Hoy la situación es otra, algunos hasta tienen hijos, pero las ganas de tocar son las mismas, o incluso crecieron. Hoy somos una banda madura, con una idea clara y un proyecto, sabemos a dónde queremos ir, qué camino queremos tomar. Es difícil recorrerlo, superar los escollos, pero en definitiva eso es lo lindo de tener una banda. Encarar una idea propia y llevarla hasta las últimas consecuencias es lo que nos motiva a seguir mejorando siempre, en todos los aspectos somos muy detallistas. Desde el primer disco hasta éste, el tercero, mejoramos y aprendimos tantas cosas que se vuelven innumerables, pero por sobre todo aprendimos que es importante tener un productor y un equipo técnico sólido en el que confiar para las decisiones que nosotros no podemos tomar. Delegar es importante al encarar una tarea tan grande y quizás el aprendizaje más grande que tuvimos.

  • ¿Cuáles son los planes y proyectos para este año que está arrancando?

Eduardo: Si el año anterior fue de mucho trabajo, de estar encerrados produciendo, grabando y mezclando, este año que viene para nosotros es de despegue. Vamos a mostrar la obra en la que tanto invertimos en 2016, presentando el disco en todos los lugares que podamos y buscando cada vez llegar a un público mayor, no por narcisismo si no por amor a lo que hicimos, que para nosotros es algo hermoso. Así que 2017 nos agarra maduros, con una idea asentada y fija en nuestras cabezas: hacer de Golpestado el disco que proyecte a El Limacoco hacia los principales escenarios del rock de Argentina.

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